El Angel
De La Tierra
Invocamos a la tierra de abundancia, que posee salud y felicidad y
es más poderosa que todas las criaturas.
Alabamos a esta tierra vasta, que se extiende a lo largo de sus
caminos, Tu, oh Madre, eres árbol de santidad, porque eres
productiva y estás llena de virtudes.
Alabamos las tierras desde donde tú asciendes, oh fragancia que
hasta nosotros llegas y que expandes rápidamente el olor del fruto
precioso de la Madre Tierra.
Alabamos al bondadoso, fuerte y benéfico Ángel de la Tierra,
porque se regocija en el rocío de los cielos, con la fertilidad de
la tierra y con la cosecha abundante de cereales y uvas.
Alabamos las altas montañas, ricas en praderas y agua, porque
sobre ellas corren muchas corrientes y ríos.
Alabamos los árboles sagrados del Ángel de la Tierra, que brotan
del suelo para alimentar a los Hijos de la Luz.
La tierra es la fuente preservadora, la santa preservadora, y el
elemento sustentador.
Alabamos a la fortaleza y el vigor de la poderosa preservadora de
la tierra que fue hecha por el Padre Celestial.
Alabamos a los que curan con las plantas de la tierra, a los que
conocen los secretos de hierbas y plantas, a aquellos a quienes el
Ángel de la Tierra les ha revelado su antigua sabiduría.
El Señor ha creado las medicinas valiéndose de la misma tierra y
el que posea esta sabiduría, deberá usarla. ¿Acaso no fue hecha el
agua para que la madera flotase en ella, así el secreto de ello
pudiese ser conocido? El, le ha dado conocimiento a algunos de los
Hermanos para que la Ley pueda ser venerada y cumplida.
Con esta sabiduría ellos curan a los hombres y les quitan sus
dolencias y son incontables las curaciones que hacen. Y por ellos
hay paz en toda la Tierra. Entonces, dadle acogida a los que curan
y tenedles aprecio, porque el Padre Celestial los creó. Que ellos
no se alejen de ti, porque los necesitas.
Alabamos a los que cultivan la tierra y trabajan en el Jardín de
la Hermandad, laborando en los campos que el Señor ha bendecido.
Al que cultiva la tierra con el brazo izquierdo y con el derecho,
ella le dará abundancia de frutos y plantas verdes y saludables y
le dará granos dorados.
La fragancia y la fertilidad fluirán de aquella tierra y de
aquellos campos y la salud y sanación vendrán con plenitud,
incremento y abundancia.
El que siembra el cereal, las plantas y las frutas, siembra la Ley
Santa y hace que la Ley del Creador sea un elemento de progreso.
Cuando toda la tierra se convierta en un jardín, entonces todos
los cuerpos terrestres serán libres de la vejez y la muerte, de la
corrupción y la putrefacción, por siempre y siempre. La
misericordia y la verdad se unirán, la rectitud y la paz se
besarán una a otra, la verdad brotará de la tierra y la gloria
habitará en nuestra tierra.