EL Ángel
Del Trabajo
¿Quién ha medido las aguas en las cuencas de Su mano?
¿Y ha distribuido los cielos con un palmo?
¿Y encerrado el polvo de la Tierra en una vasija?
¿Y pesado las montañas en la balanza?
¿Y también a las colinas ha pesado?
El sol sale y
los hermanos se levantan para ir a sus trabajos en los campos, con
espaldas fuertes y corazones alegres ellos van a trabajar en el
Jardín de la Hermandad.
Ellos son los
obreros del bien, porque ellos trabajan con la bondad del Padre
Celestial.
Ellos son el
espíritu, la conciencia y el espíritu de aquellos que enseñan la Ley
y luchan por ella.
Con el brazo
derecho y el izquierdo, ellos cultivan el suelo y el desierto brota
en colores dorado y verde.
Con el brazo
derecho y el izquierdo, ellos colocan las piedras que construirán en
la Tierra el Reino de los Cielos.
Ellos son los
mensajeros del Ángel del Trabajo; la Ley Santa está revelada en
ellos. Oh Padre Celestial, cuán múltiples son Tus obras. A todas has
hecho con Tu Sabiduría, la Tierra está llena de
Tus riquezas.
Tu hiciste que brotaran las fuentes de agua en los valles y éstas
corren entre las colinas; Tu le das de beber a todas las bestias del
campo y haces que la hierba crezca para el ganado.
Tu plantaste
en su sitio los árboles gigantescos, para que los pájaros del cielo
pudiesen tener en ellos su habitación y volar suavemente entre sus
ramas.
Tu das las
legumbres para que éstas beneficien al hombre y para que él pueda
obtener alimento de la tierra.
Todas Tus
dádivas producen fruto en las manos de los hermanos, porque ellos
están construyendo sobre la tierra el Reino de los Cielos. Abres Tus
manos y ellos se llenan de bienestar. Exhalaste Tu espíritu y ellos
fueron creados y en compañía con los santos ángeles renovarán la faz
de la tierra.
Oh Padre
Celestial, Tu, quien eres la verdadera unidad, dile a los Hijos de
la Luz cuál es el primer lugar donde la tierra siente gran júbilo.
El Padre
Celestial responde y dice: Es el lugar por donde camina uno de los
hermanos que siguen la
Ley Santa,
llevando sus buenos pensamientos, sus palabras bondadosas y sus
buenas acciones. Y cuya espalda es fuerte para el servicio, cuyas
manos no permanecen ociosas y que levanta su voz en total armonía
con la Ley.
Es santo el
lugar donde uno de los hermanos siembra la mayor parte de cereal,
hierba y frutos.
Es santo el
lugar donde El moja el suelo que está seco o donde El seca el lugar
que está demasiado húmedo.
Porque la
Tierra ha sido entregada a la custodia de los Hijos de la Luz, para
que la valoren y la guarden con cuidado y traigan de sus
profundidades solo aquello que sirve para alimentar el cuerpo.
Benditos son
los Hijos de la Luz, porque su alegría está en trabajar de acuerdo
con la Ley, porque durante el día trabajan en el Jardín de la
hermandad y en la noche se reúnen con los ángeles del Padre
Celestial.
De sus labios
se escucha una historia que sirve como enseñanza a los Hijos de los
Hombres.
Se dice que los árboles salieron una vez para ungir un rey que
gobernase entre ellos y le dijeron al olivo: reina tu sobre
nosotros. Pero el olivo les dijo, ¿debo abandonar el aceite, con el
cual honro a
Dios y a los
hombres, para ser ascendido sobre los árboles?
Y los árboles le dijeron a la higuera: ven tu y reina sobre
nosotros. Pero la higuera les dijo, ¿debo dejar mi dulzor y mi
precioso fruto, para ser ascendida sobre los árboles? Entonces los
árboles le dijeron a la vid: ven tu y reina sobre nosotros. Y la vid
les dijo, ¿debo yo dejar mi vino, que es la alegría de Dios y del
hombre, para ser ascendido sobre los árboles?
El hombre de
la Ley que cumple con sus deberes, no necesita otros favores.