EL
ÁNGEL DE LA VIDA ETERNA.
Y Enoch caminó con Dios y El ya no estuvo más, porque Dios se lo
llevó.
Sobre la
Tierra no hubo un hombre creado como lo fue Enoch, porque El fue
llevado de la Tierra.
El era como la
estrella de la mañana en medio de una nube y como la luna en su
plenitud; era El como el sol brillando sobre el Templo del Altísimo,
como el arco iris dando luz en las nubes resplandecientes, como la
flor de las rosas en la primavera y como las ramas del árbol de
incienso durante el verano y como un hermoso olivo dando su fruto y
era como un ciprés que crece hasta las nubes.
El primer
seguidor de la Ley fue Enoch y El fue el primer sanador, el primer
sabio, el primer hombre feliz, glorioso y fuerte, quien expulsó las
enfermedades y desterró la muerte.
El, obtuvo una
cantidad de remedios para combatir las enfermedades y rechazar la
muerte, para curar el dolor y quitar la fiebre, para desterrar el
mal y la infección que el olvido de la Ley ha traido contra los
cuerpos de los mortales.
Invocamos a Enoch, el Maestro de la vida, el fundador de nuestra Hermandad, el
hombre de la Ley, el más sabio de todos los seres, el más poderoso
de todos, el más brillante de todos, el más glorioso de todos, el
más digno de ser invocado entre todos los seres, el primero que
meditó sobre lo que es el bien, el primero que habló sobre lo que es
el bien, el primero que hizo lo que es bueno.
El fue el
primer sacerdote, el primer labrador de la tierra, el primero que
conoció y enseñó la Palabra y la obediencia a la Ley Santa.
A todos los
Hijos de la Luz les dio todas las cosas buenas de la vida; El fue el
primero que trajo la Ley.
Las palabras
del patriarca Enoch quedaron escritas; ofrecemos sacrificios al
Creador, al Padre Celestial y a los ángeles luminosos y llenos de
gloria.
Ofrecemos
sacrificios a los cielos esplendorosos, a la Sabiduría luminosa
llena de felicidad y bienaventuranza que pertenece a los santos
ángeles de la eternidad.
Concédenos
Padre Celestial el deseo y el conocimiento del sendero de rectitud,
la rectitud del Orden de la Vida celestial, la vida venturosa de los
ángeles llenos de Luz y de toda gloria.
Así como la salud es excelente, así también lo es la vida eterna,
pues ambas fluyen del Orden Celestial.
El que
practica la bondad en su mente y con sus acciones en la vida, ejerce
la devoción hacia el Creador de la Vida eterna.
Ofrecemos
sacrificios a los cielos superiores, al tiempo ilimitado, al océano
infinito de Vida eterna; invocamos la Ley gloriosa, invocamos al
Reino de los cielos, al tiempo ilimitado y a los ángeles; invocamos
la Ley Santa y eterna.
Nosotros seguimos los senderos de las estrellas, la luna, el sol y
su Luz infinita, moviéndose en su órbita circular.
Y con
veracidad de pensamiento, palabra y obra, el espíritu del hombre
justo se colocará en la Luz infinita de la Vida eterna.
El Padre
Celestial me poseyó desde el comienzo de Su senda y delante de Sus
obras ya antiquísimas; yo fui eregido desde la eternidad, desde el
comienzo, cuando la Tierra aún no estaba. Cuando aún no había
abismos, yo fui creado y El todavía no había hecho la Tierra, ni los
campos, ni el comienzo del polvo del mundo. Cuando El estableció los
cielos, yo estaba allí.
Cuando El puso
un círculo sobre la faz del abismo, cuando El afirmó los cielos,
cuando se endurecieron los cimientos del abismo, cuando El le puso
límite al mar, para que las aguas no trasgredieran Su Ley, cuando El
estableció los fundamentos de la Tierra, entonces yo estaba en El,
como un maestro y artífice y yo era diariamente Su deleite,
alegrándome siempre delante de El, complaciéndome siempre en Su
Tierra habitada y mi alegría estaba en los Hijos de los Hombres.
Porque el
Padre Celestial reina por toda la eternidad y está vestido con
majestad y fortaleza; ¡El, existe desde siempre! Los mares se han
subido, oh Señor, los mares han levantado su voz, los mares han
levantado sus olas; el Padre Celestial que está en lo alto, es más
poderoso que el ruido de muchas aguas, si, más poderoso que las
terribles olas del mar; Su nombre durará por siempre, Su nombre será
tan extenso como la eternidad y todos los Hijos de la Luz serán
benditos en El y todos los hombres Lo bendecirán.
Que la Tierra
entera se llene con la gloria del Padre Celestial, de la Madre
Tierra y de todos los ángeles.
He alcanzado
la visión interna y por Tu espíritu que está en mí, escuché Tu
secreto maravilloso.
Por Tu sentido
místico has hecho que fluya dentro de mí, un manantial de
conocimiento, una fuente de poder, vertiendo las aguas de vida, un
flujo de Amor y Sabiduría que todo lo abarca, como el brillo de la
Luz eterna.