Pedir
un Espíritu de Buen Contentar
El
Señor Vishnú dijo a su devoto:
- estoy harto, de tus peticiones inacabables. Te concederé tres deseos.
Has de escoger bien porque una vez concedidos , ya no te concederé
ninguno más.
Muy contento el devoto no dudó:
- El primero es este, dijo: quiero que se muera mi mujer para poder
casarme con otra mejor.
Y
su petición fue inmediatamente atendida. Pero cuando sus amigos y
parientes se reunieron en el funeral y empezaron a recordar las virtudes
de la difunta esposa, el devoto se dio cuenta que se habia apresurado.
De manera que pidió al Señor que le volviera la vida.
Con todo esto, ya no le quedaba sino una petición a hacer. Estaba
decidido a no cometer un nueve error, porque esta vez no habría la
posibilidad de enmendarlo. Y empezó a pedir consejo a los otros.
Algunos le aconsejaron que pidiera la inmortalidad. Pero ¿de qué servía
la inmortalidad; le dijeran otros, si no tenía salud? Y ¿de qué servía
la salud si no tenía dinero? ¿Y el dinero, si no tenía amigos?
Pasaban los años y todavía no había hecho su elección: ¿vida, salud,
riquezas, poder, amor...? Al fin suplicó al Señor:
- Decidme qué tengo que pedir.
El
Señor sonrió al ver los quebraderos de cabeza del pobre hombre y le
dijo:
- Pide que seas capaz de contentarte con cualquiera cosa.