Fabricando a
un Padre
En el taller más extraño y sublime conocido... se reunieron los
grandes arquitectos... los afanados carpinteros y los mejores
obreros celestiales que debían fabricar al padre perfecto.
- "Debe ser fuerte"... Comentó uno.
- "También debe ser dulce".. comentó otro experto.
- "Debe tener firmeza y mansedumbre, tiene que saber dar buenos
consejos y tener momentos tiernos en un solo cuerpo".
- "Es fácil".. contestó el ingeniero... "Solo tenemos que crear un
hombre con la fuerza del hierro y que tenga corazón de caramelo" .
Todos rieron ante la ocurrencia... cuando se escuchó una voz.. era
el Maestro.. dueño del taller del cielo..."Veo que al fin
comienzan"... Comentó sonriendo. - "No es fácil la tarea... es
cierto.. pero no es imposible si ponen interés y amor en ello".
Y tomando en sus manos un puñado de tierra comenzó a darle forma..
- ¿Tierra?... preguntó sorprendido uno de los arquitectos.
- "Pensé que lo fabricaríamos de mármol... o marfil... o piedras
preciosas".
- "Este material es necesario para que sea humilde"... contestó el
Maestro.
Y extendiendo sus manos sacó de las estrellas oro... y lo añadió a
la masa... "Esto es para que en las pruebas brille y se mantenga
firme".
Agregó a todo aquello... amor... sabiduría... le dio forma... le
sopló de su aliento y cobró vida... pero... faltaba algo... pues en
su pecho quedaba un hueco.
- "¿Y que pondrás ahí?" preguntó uno de los obreros.
Y abriendo su propio pecho... y ante los ojos asombrados de aquellos
arquitectos... sacó su corazón... se arrancó un pedazo.... y lo puso
en el centro de aquel hueco.
Dos lágrimas salieron de sus ojos mientras volvía a su lugar su
corazón.
- "¿Por qué hiciste tal cosa?"... le preguntó un ángel obrero.. y le
contestó el Maestro:
- "Esto hará que me busque en momentos de angustia... que sea justo
y recto... que perdone y corrija con paciencia... y sobre todo...
que esté dispuesto incluso al sacrificio por los suyos y que guíe a
sus hijos con su ejemplo... para que al final de su largo trabajo...
cuando haya terminado su tarea de padre allá en la tierra... regrese
hasta mí...
Y satisfecho por su buena labor... yo le daré un lugar aquí... en mi
reino... Le tenderé mi mano... descansará en mi pecho y tendrá Vida
Eterna... Pues yo también soy Padre... y por él... por su bien...
para otorgarle vida... me arranqué del corazón un pedazo de amor y
lo puse en su pecho... para darle perdón... para mostrarle que
aunque es duro ser padre... cuando extiendes tus brazos y
perdonas... la recompensa es vida... gozo y amor eterno.