El Silencio
El silencio según la milenaria sabiduría del Yoga, es la paz, la lengua
del corazón, la lengua del sabio. Pero requiere que el intelecto deje de
funcionar.
En cierta ocasión, un estudiante de yoga se aproximó a su maestro y le
preguntó dónde se hallaba la esencia de la vida, lo eterno, lo infinito.
El maestro no le respondió, por lo que el discípulo continuó
preguntándole una y otra vez sin que aquel despegase los labios. Guardó
perfecto silencio. Al fin, le dijo el maestro: "Te lo he estado diciendo
una y otra vez, pero no me entendiste. ¿Qué puedo hacer?". La esencia de
la vida, lo eterno, lo infinito, no pueden ser explicados, pero puedes
conocerlos a través del silencio profundo. La paz es silencio. El
silencio es la lengua del corazón. El silencio es la lengua del sabio.
El silencio es el sustrato del cuerpo, de la mente, de la energía y de
los sentidos. Es la clave de este universo sensorial. La paz que
sobrepasa todo entendimiento. La meta de tu vida. Detrás de todos los
ruidos y sonidos se halla el silencio, que es tu alma interna y tu
experiencia intuitiva. Cuando el corazón se siente pleno, cuando
experimentas una gran alegría, hay silencio. No existe ningún bálsamo
curativo mejor que el silencio para quienes se sienten heridos en su
corazón por fracasos, decepciones y pérdidas. No existe ningún sedante
mejor que el silencio para quienes padecen de nervios debido a la
intensidad de la vida. En el sueño profundo te pones en contacto directo
con este silencio maravilloso.
El silencio físico y el silencio de la mente
En el lenguaje común, sentarse callado sin hablar con nadie es silencio.
Pero éste es sólo un silencio físico, y lo que realmente se requiere es
el silencio de la mente bulliciosa. Puedes proponerte
mantenerte en silencio, pero tu mente seguirá formando imágenes.Te
asaltará la imaginación. La mente subconsciente manifestará sus
recuerdos. La imaginación, la razón, la reflexión y otras funciones
diversas de la mente seguirán produciéndose sin cesar. El intelecto debe
dejar de funcionar para conseguir una paz o un silencio verdaderos.
Deben desvanecerse por completo todas las olas mentales. Solamente
entonces podrás disfrutar de un silencio verdadero y duradero.
La practica del silencio
Hay diversos tipos de silencio. El primero se limita a no hablar. Un
paso más es el cese absoluto de las acciones físicas. En esta práctica
no puedes mover siquiera tu cabeza, ni hacer ningún signo, ni escribir
en un papel con la finalidad de comunicarte. Pero en ambos tipos de
silencio, modificaciones mentales no se alivian completamente. El
silencio de la mente es muy superior al del habla.
El órgano del habla
El órgano del habla distrae la mente. Las personas habladoras no pueden
tener paz mental. La charla constante es un mal hábito que distrae la
mente, dirigiéndola siempre hacia el exterior. Pese a lo maravilloso que
es comunicarse con las personas que nos rodean, el habla puede ser un
elemento muy dañino e inquietante en nuestra vida. Debe ser, por ello,
controlado firme y gradualmente. Cuando se permanece en silencio mental,
los ojos y los oídos -órganos sensoriales que tienden a favorecer la
dispersión mental- pueden controlarse también fácilmente. Una vez que
hayas controlado el habla, habrás controlado la mitad de tu mente, y tu
vida se incrementará en calidad.
Beneficios del silencio
Sin que la belleza de la palabra pueda ser minusvalorada, sabemos que la
energía se malgasta por medio de las charlas ociosas. El ejercicio de
silencio, que se denomina mauna, sin embargo, conserva la energía, por
lo que puedes llevar a cabo más y mejor trabajo mental y físico. La
práctica de la concentración y la meditación te será más fácil, pues el
silencio tiene una influencia sedante maravillosa sobre el cerebro y los
nervios. El silencio desarrolla la fuerza de la voluntad, atempera la
fuerza del pensamiento, impide el impulso de la palabra, proporciona paz
mental y desarrolla la paciencia. Es una gran ayuda para controlar la
ira y las emociones, por lo que la irritabilidad desaparece y te llenas
de serenidad, calma, fortaleza, sabiduría, paz, quietud, alegría y
dicha. En el silencio hay libertad, perfección e independencia.
Cómo observar el silencio
Al principio, cuando observes silencio encontrarás alguna dificultad.
Muchos pensamientos te envolverán. Surgirán todo tipo de pensamientos,
forzándote a romper tu silencio. Haz que tu mente esté plenamente
ocupada. De este modo, el deseo de hablar y de buscar compañía se
desvanecerá y conseguirás paz. La práctica del silencio debe ser
gradual. Quienes tienen ya el hábito de observar silencio profundo
diariamente durante algún tiempo, o durante un día completo, serán
capaces de observarlo durante dos o tres días sin problema.
Pero si intentas volverte una persona de palabras moderadas y evitas los
discursos largos, los debates y las discusiones vanas, ya estás
acercándote al silencio. Las palabras tienen una fuerza tremenda:
utilízalas cuidadosamente. Controla las palabras antes de que salgan de
tus labios. Habla poco. Aprende a quedarte en silencio.
Penetra en lo más profundo de tu corazón y disfrutarás del vasto
silencio. Penetra en el silencio. Conoce el silencio. Vuélvete el
silencio mismo.
Cómo practicar el silencio
1 Practica el silencio gradualmente.
2 Busca un lugar solitario,
3 No abandones tu lugar de silencio con frecuencia
4 Reduce tus necesidades al mínimo, organizando previamente tus comidas.
5 Observa el silencio por lo menos durante una hora diaria si eres una
persona muy ocupada. Un día de la semana incrementa el número de horas
de silencio.
6 No afirmes nunca internamente "No voy a hablar", Mantente tranquilo.
7 Intenta que no te molesten durante tu silencio.
8 Utiliza el silencio para calmar tu mente, sublimando la energía del
habla.
9 No leas durante la práctica del silencio.
10 Observa silencio cuando estés enfermo. Te proporcionará una gran paz
mental y una pronta curación.
Desconozco su autor y origen