Decálogo De La Serenidad
Juan XXIII
1. Sólo por hoy trataré de vivir al día, no queriendo resolver los
problemas de mi vida, todos de golpe.
2. Sólo por hoy tendré
cuidaré al máximo mi aspecto: cortés en mis modos, no criticaré a
nadie, no pretenderé corregir a nadie, sino a mi mismo/a.
3. Sólo por hoy seré feliz
con la certeza de que he sido creado para ser feliz, no solo en el
otro mundo, sino también en este.
4. Sólo por hoy me adaptaré a
las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten a
todos mis deseos.
5. Sólo por hoy dedicaré diez
minutos a una buena lectura; recordando que, así el alimento és
necesario para la vida del cuerpo, la lectura és necesaria para la
vida del alma.
6. Sólo por hoy haré una
buena acción y no se lo diré a nadie.
7. Sólo por hoy haré algo que
no deseo hacer, y si alguno ofende mis sentimientos procuraré que
nadie se entere.
8. Sólo por hoy haré un
programa detallado.
Puede que no lo cumpla totalmente, pero lo redactaré. I me guardaré
dos calamidades:
la prisa y la indecisión.
9. Sólo por hoy creeré
firmemente - aunque las circunstancias demuestren lo contrario -que la
Providencia de Dios se ocupa de mi vida como si nadie existiera en el
mundo.
10. Sólo por hoy no tendré
miedo. Concretamente no tendré miedo de disfrutar del que es hermoso y
creer en la bondad.
No es necesario decir que,
si sólo por hoy soy capaz de cumplir tres o cuatro de estos
mandamientos, y mañana los repito y añado alguno más, y pasado mañana
hago míos dos o tres más, acabaré teniendo no la serenidad de Juan
XXIII, pero sí la suficiente serenidad para cumplir con mi compromiso
y ser feliz.